Cuentos de Jaimito
Cuentos de Jaimito
Jaimito vuelve de la escuela:
- Papá, papá, hoy casi me saco un 10!
- Bárbaro!... pero ¿por qué 'casi'?
- Porque se lo pusieron al nene del banco de al lado.
- Porque se lo pusieron al nene del banco de al lado.
Al regresar Jaimito a su casa, el padre le pregunta:
- ¿Les enseño algo nuevo hoy la maestra?
- No, nada viejo, hoy se vino de jeans la guacha.
- ¿Les enseño algo nuevo hoy la maestra?
- No, nada viejo, hoy se vino de jeans la guacha.
- Jaimito, ¿viste lo que le paso a Lucia?
- No, ¿que le paso?
- Se cayo de la terraza del edificio.
- Uh... ¿y ahora donde esta?
- En el cielo.
- A la mierda! ESO es rebotar!!!
- No, ¿que le paso?
- Se cayo de la terraza del edificio.
- Uh... ¿y ahora donde esta?
- En el cielo.
- A la mierda! ESO es rebotar!!!
En el colegio, la maestra les pregunta a los chicos qué quieren ser cuando sean grandes. Le pregunta a Luis y éste le contesta:
- Yo quiero ser arquitecto, y si me va mal dibujante.
- Muy bien Luis... ¿y vos María?
- Yo quiero ser gimnasta, y si me va mal profesora de gimnasia.
- ¿Y vos jaimito?
- Yo quiero mujeres y champagne.
La maestra se queda pensando y le pregunta:
- ¿Y si te va mal?
- Paja y coca cola.
- Yo quiero ser arquitecto, y si me va mal dibujante.
- Muy bien Luis... ¿y vos María?
- Yo quiero ser gimnasta, y si me va mal profesora de gimnasia.
- ¿Y vos jaimito?
- Yo quiero mujeres y champagne.
La maestra se queda pensando y le pregunta:
- ¿Y si te va mal?
- Paja y coca cola.
- A ver, Jaimito. Si yo digo "estoy buscando marido", ¿en que tiempo estoy hablando?
- En tiempo perdido, maestra.
- En tiempo perdido, maestra.
Nos hallamos en la época de los aztecas. En ese tiempo Jaimito se llamaba Jaimitzal. La maestra estaba dictando, y los niños grababan en la piedra, los correspondientes jeroglíficos.
- Moctezuma -empieza a dictar la maestra- es nuestro emperador.
Los niños esculpen el signo de la realeza, un penacho. Prosigue la maestra:
- Es un monarca muy rico.
Los niños graban figuras de plumas, adornos de jade y semillas de cacao.
- Tiene muchas esposas.
Los escolapios cincelan pequeñas figuras femeninas.
- Pero, sobre todo -dicta la profesora-, Moctezuma es un guerrero muy valiente.
- Perdone maestra -la interrumpe el niño Jaimitzal- 'Muy valiente'... ¿se escribe con tres huevos o con cuatro?
- Moctezuma -empieza a dictar la maestra- es nuestro emperador.
Los niños esculpen el signo de la realeza, un penacho. Prosigue la maestra:
- Es un monarca muy rico.
Los niños graban figuras de plumas, adornos de jade y semillas de cacao.
- Tiene muchas esposas.
Los escolapios cincelan pequeñas figuras femeninas.
- Pero, sobre todo -dicta la profesora-, Moctezuma es un guerrero muy valiente.
- Perdone maestra -la interrumpe el niño Jaimitzal- 'Muy valiente'... ¿se escribe con tres huevos o con cuatro?
La maestra le pregunta a Jaimito:
- ¿Para vos como son los Reyes Magos?
- Los reyes para mi tienen un culo inmenso...
- Pero... ¿por que decis eso?!
- Porque cada vez que le pregunto a mi mama que me van a traer los reyes ella me responde: "Mierda, nene!... mierda te van a traer!"
- ¿Para vos como son los Reyes Magos?
- Los reyes para mi tienen un culo inmenso...
- Pero... ¿por que decis eso?!
- Porque cada vez que le pregunto a mi mama que me van a traer los reyes ella me responde: "Mierda, nene!... mierda te van a traer!"
En la clase de Jaimito la maestra pregunta un día:
- A ver niños, ¿cómo harían ustedes para comprobar que una persona ha muerto?
Varios pibes levantan la mano, entre ellos Jaimito. La maestra prefiere ignorarlo y le pregunta a Teresita:
- ¿Cómo harías Teresita?
La nena dice:
- Le pondría un espejo frente a la nariz, si el espejo no se empaña quiere decir que la persona está muerta.
- Muy bien! Muy buena prueba!
Jaimito sigue con la mano levantada. La maestra le pregunta a Mario y Mario dice:
- Yo le pongo el oído en el pecho y si no oigo latir el corazón quiere decir que la persona esta muerta.
- Muy bien Marito! ¿Alguien más?
Como Jaimito era el único que seguía con la mano levantada no tuvo más remedio que preguntarle. Jaimito ya se salía de la vaina y entonces da la siguiente explicación:
- Yo, señorita, para saber si murió le miro los pelos del culo!
- ¿COMO?! Mal educado!, desvergonzado!, ¿cómo te atreves a decir semejante obscenidad?
- Pero señorita, es una prueba infalible.
- ¿Como que infalible? ¿En qué te basas para decir eso?!
Y Jaimito, triunfante, le contesta:
- Claro señorita, yo le miro los pelos del culo y, si estan quemados, el tipo cago fuego!
- A ver niños, ¿cómo harían ustedes para comprobar que una persona ha muerto?
Varios pibes levantan la mano, entre ellos Jaimito. La maestra prefiere ignorarlo y le pregunta a Teresita:
- ¿Cómo harías Teresita?
La nena dice:
- Le pondría un espejo frente a la nariz, si el espejo no se empaña quiere decir que la persona está muerta.
- Muy bien! Muy buena prueba!
Jaimito sigue con la mano levantada. La maestra le pregunta a Mario y Mario dice:
- Yo le pongo el oído en el pecho y si no oigo latir el corazón quiere decir que la persona esta muerta.
- Muy bien Marito! ¿Alguien más?
Como Jaimito era el único que seguía con la mano levantada no tuvo más remedio que preguntarle. Jaimito ya se salía de la vaina y entonces da la siguiente explicación:
- Yo, señorita, para saber si murió le miro los pelos del culo!
- ¿COMO?! Mal educado!, desvergonzado!, ¿cómo te atreves a decir semejante obscenidad?
- Pero señorita, es una prueba infalible.
- ¿Como que infalible? ¿En qué te basas para decir eso?!
Y Jaimito, triunfante, le contesta:
- Claro señorita, yo le miro los pelos del culo y, si estan quemados, el tipo cago fuego!
Un cura le pregunta a Jaimito en el confesionario:
— Jaimito, quién se está robando la plata de la limosna los domingos?
— Padre, casi no oigo nada.
— No te hagas el sordo, sé que me escuchas.
— Cómo dice padre?
— Jaimito, fuiste tú el que se la robó?
— Padre no oigo.
— Jaimito ponte en este lado del confesionario y tú me preguntas, así te demuestro que si se oye. Se cambian de posición y Jaimito le pregunta al cura:
— Padre, quién se anda culeando a la hija del panadero cada vez que viene a ensayar en el coro?
— Jaimito, quién se está robando la plata de la limosna los domingos?
— Padre, casi no oigo nada.
— No te hagas el sordo, sé que me escuchas.
— Cómo dice padre?
— Jaimito, fuiste tú el que se la robó?
— Padre no oigo.
— Jaimito ponte en este lado del confesionario y tú me preguntas, así te demuestro que si se oye. Se cambian de posición y Jaimito le pregunta al cura:
— Padre, quién se anda culeando a la hija del panadero cada vez que viene a ensayar en el coro?
— ¡Jueputa vida! Jaimito tienes razón, ¡NO SE OYE NI MIERDA!